Espero lo disfruteis tanto como lo hicimos nosotros al esccribirlo...
Siento como se me humedece la piel mientras la recorre tu furiosa
lengua. Decidiste hacer de mí tu postre favorito. En tibias sábanas me
sazonaste, cubriéndome de la dulce miel de tu saliva, tus expertas manos
hallaron en mi intimidad el sabor prohibido del deseo, tus dedos exprimieron mi
interior sustrayendo mi delicioso jugo y te lanzaste a beber de mí con sed
ansiosa, con voracidad felina. Y fuiste arrancando con cada lamida gemidos que
me arrastraron al delirio y a la desesperación.
¡¡Mmm cómo te deseo adentro de mí!! Es imposible contener estas ganas,
este impulso fatal.
Te quiero acabar. Quiero que tus manos hagan surcos en mi
piel y sentirte mío..!!
Mi mirada en celo, mi piel sudada, mi respiración cortada, mis labios
rojos, mis pezones duros
pero sobre todo ese aroma, el aroma dulce y ácido del
deseo in contenido ese sabor que te quedó
en la boca, todo te dice que ya no
aguanto más, que no me puedes hacer esperar, que me urge tu carne.
Y verme así, sentirme así, te excita, puedes sentir como la sangre fluye
hacia tu erección, tu carne ansía la mía. Y puedo verte con la piel brillante
con los labios húmedos, con los músculos tensos, con toda tu virilidad
apuntándome a la cara, eres una imagen deliciosa, que me hace agua la boca.
Me incorporo, nuestros rostros se rozan, me embriaga tu aliento
caliente, lamo con deleite tus labios saboreando los restos de mis jugos, y me
aprietas contra ti; puedo sentir tu pecho empapado sobre mis pezones rodeo tu
cuerpo con mis muslos y te siento penetrarme. Te clavas en mi cuerpo perforando
mis entrañas rozando mi intimidad y te abrazo, quiero que te pierdas en mi,
despertaste mi hambre y
te devoro y te enloquece sentirte devorado; por eso
quieres más por eso tiras de mis hombros hacia ti
y puedes sentir como te
sumerges, como te traga mi humedad.
Quiero sentirte gozando en mí, quiero colmarme de tu exquisita leche, de
tu sabroso néctar, pero aún no es tiempo, quieres más de mí. Con suavidad me
tiras sobre las sábanas dejándome de espaldas a ti, puedo sentirlas pegándose
en mi piel sudada mientras voy sintiendo tu lengua recorrer mi espalda
degustando cada vértebra hasta llegar al cóxis y con círculos exquisitos
masajearlo. Con maniática paciencia humedeciste y dilataste mi hoyito sellado,
mientras tus dedos tocaban sin detenerse mí hinchado clítoris, mi aliento
cortado el mar de jugos que bañaban tus manos te enloquecían más.
Casi sin
poder hablar te dije: - pónmela – y sentí como la cabeza hinchada y caliente se
humedecía en la saliva que dejaste en mi culito y como suavemente la
introducías abriéndolo cada vez más, una vez adentro empujaste con fuerza, mi
grito se ahogo en las almohadas, despertándote un deseo incontrolable de
alcanzar el máximo placer y lo buscaste en mi interior acelerando el ritmo de
tus bombeos, tus manos no soltaban mis caderas y seguiste acogiéndome y
acogiéndome hasta hacerme acabar compulsivamente. Los chorros de mi orgasmo se
deslizaron por mis piernas embadurnando las sábanas mientras lágrimas de dolor
y placer empapaba mis mejillas. Cuando sentiste llegar tu orgasmo saliste de mí
para llenarme de leche la espalda
las nalgas y todo lo que estaba cerca.
Con una de tus manos frotaste la exquisita savia blanca y recostándote a
mi lado me diste a lamer
tus dedos diciéndome: - aquí está tu premio mi niña -
Te sonreí, todavía exhausta pero con ganas de más y me dediqué a
saborear tus dedos uno por uno, mirándote con deleite.
Es fácil de encontrarte. Te haces notar. Arrodillado ante monumento tan
grandioso, no puedo hacer otra cosa que comértelo… Mi lujuria recorre todo mi
ser mientras tú empiezas a estremecerte y no dejas de pedirme que siga y no lo
deje. Estás gozando, lo noto. Mientras tú me tienes en tu poder pasando tus
dedos por todo mi cuerpo y tocándome el miembro.
Mi lengua mojada recorre todos los alrededores de tu pubis tan bien
depilado. Mi dedo ya ha apartado los labios y los ha dejado para introducirse
en tu vagina y mi lengua se dirige directamente a tu clítoris. Me muevo al
compás que me marcas, te lo chupo, te lo aricio, te lo succiono, te lo lamo…
Siento como mías…cada una de tus sensaciones...
Allí estoy, tumbado,
completamente a tu merced y esperando que actúes.
Te contoneas acaricias mis caderas y pellizcas mis pezones entre tus
dedos al tiempo que mojas tus labios. Me gusta el espectáculo.
Te colocas de pie con las piernas abiertas sobre mi, a los dos lados de
mi cintura y comienzas a hacerme un baile sensual agachándote hasta casi rozar
mi nuevamente erecto miembro, pero sin tocarlo, yo sin embargo estoy deseando sentirte.
Sudo y tiemblo, estoy tremendamente excitado.
Te colocas en cuclillas sobre mí, me agarras por la base del pe ne y con
su punta haces dibujos entre tus muslos. Cierro los ojos y te suplico. Me haces
rabiar un poco más y vuelves a levantarte. Te das la vuelta y, con las piernas
abiertas como antes, bajas ofreciéndome tu espalda y con tu trasero rozas mi
miembro. Con tus uñas arañas suavemente mis muslos. Te colocas de nuevo sobre
mí y lentamente acercas la punta de mi glande a tu clítoris pasando por tu
vello pubicó, por tus ingles… Sigo desesperado mi cuerpo se arquea. Mi cara y
mis palabras te suplican. Pon mi tenso miembro a la entrada de tu vagina y
lentamente, arrodillándote con suavidad, te lo metes por completo. Los dos
gemimos. Pones tus manos sobre mis hombros y, flexionando las caderas con
suavidad, comienzas a meter y a sacar mi miembro dentro de ti. Yo solo alcanzo
a abrir los ojos de vez en cuando para ver cómo mi miembro se adentra en tu
húmeda vagina.
Tus senos se mueven al compás de este magnífico pol.vo… Mojas tus
labios. El ritmo se va acelerando poco a poco. Mi glande casi sale por completo
de tu vagina y de repente vuelve a entrar hasta el fondo. Tus nalgas chocan
contra mis testículos. Nuestras manos acarician nuestros cuerpos y mi miembro
entra y sale con un ritmo cada vez más acelerado dentro de tu vagina. Me paro y
nos damos la vuelta. Ahora tú estás debajo de mí. Me abrazas la cintura con tus
piernas y yo clavó mi pelvis contra tu vulva, perforándote de nuevo. Mis embestidas
no van a tardar en darte un nuevo orgasmo, comienzas a gritar, aumento el
ritmo. Cada vez estamos más excitados. Siento tus flujos escurrir por mis
testículos, mis muslos, mi trasero… no aguanto más… voy a correrme. ¿Me sientes
en tu interior inundarte con mi leche? ¿Notas el calor de mi semen chocando
contra las paredes de tu vagina?…
Vamos a quedarnos abrazados unos minutos y
unidos, hasta que me desinfle por completo.
Callados durante un rato,
simplemente dejando que nuestros cuerpos sueñen nuevas sesiones
de besos y
caricias.
Mmm...!!!! que sabroso es descubrir que contigo podría ser la mas
golosa…la mas insaciable....uffffffffffffffffff!...!!!!
Muy buen relato !!!!
ResponderEliminarMe ha encantado !!!!
Un 10 !!!!
<3
me alegro que te gustara cariño..!!!
Eliminarjejeje..es bueno..si,si...mi duendecillo escribe muy bien tambien
haber si lo pillo por banda y hacemos uno ....que tengo mono de relato...
besikos ...
no tengo rspuesta melasguardo pami jjjjaajjjj recioso aserlo en relidad
ResponderEliminarVerdad que escribe muy bien Antonio?
ResponderEliminarQue ponga a trabajar al duendecillo, que queremos más relatos !!
;)