sábado, 10 de agosto de 2013

con un papel en blanco para decir Te quiero..



Seguía mirando fijamente el papel en blanco, no se había movido ni un milímetro desde que hacía horas lo había colocado encima de la mesa con la intención de escribir en él, allí seguía blanco sin rastro alguno de escritura, solo el surco de una lágrima, una de las muchas q resbalaban por su mejilla, había hecho mella en la cuartilla, por lo demás seguía exactamente igual que al principio, esperando que vertiese sus sentimientos y la ocupase con sus hermosas palabras.

Había tomado la decisión de decírselo por escrito, sabía que de otro modo sería incapaz de hacerlo, las palabras no saldrían como quería, lo mejor era el ¿anonimato? de un papel , pero había que llenarlo y de momento no era capaz, las palabras se agolpaban en su cerebro, todas a la vez, sin orden ni concierto, los sentimientos se enredaban unos con otros, martilleándole en la cabeza, pero sin ser capaz de poder expresarlos.

Manoseo sus cabellos una vez más, como si de esta manera las ideas tomasen forma y se colocaran en orden, lo justo para poder ser expresadas, miro al papel como aquella mirada de quien pide ayuda, esperando que este empezase a llenarse de letras, de frases con sentido y coherencia, pero los milagros no existen y lo sabía mejor que nadie , hacía años que esperaba uno, siempre el mismo...

Retomó la estilográfica y la apoyó en la cuartilla, pero tampoco hubo resultado alguno, las palabras seguían sin fluir de ella. Sabía lo que quería decirle, lo había sabido siempre, era un monologo que se había repetido una y mil veces en silencio, en su soledad y que había llegado el momento de que alguien más también escuchara o en su defecto leyera...

Cerro los ojos y se lo repitió por enésima vez... su voz interna volvía decirle las mismas palabras, aquellas que él escuchaba mil veces al día...

[" Te quiero, más de lo que debería estar permitido querer a nadie, más de lo que mis sentimientos son capaces de expresarte. Te quiero como eres, a ti, no lo que representas, sino a ti como persona, esa persona que solo con su voz me hace vibrar, que con solo oírla despierta todos los sentimientos que una persona es capaz de albergar.
Quiero a quien ha sido capaz de enamorarme como nunca pensé que sería capaz de hacerlo, pero quiero a la persona, no a quien o a que representa, me da lo mismo si eres eso aquello o lo de más alla. No me importa ni posición social, ni estatus, ni nada... solo tú.
Por ti sería capaz de renunciar a todo y a más, por tu cambiaría mi vida, solo por saber que tú me quieres la mitad que yo a ti, daría todo lo que tengo.
No quiero promesas, no quiero bienes, no quiero... no quiero nada, solo te quiero a ti..."]
Intentó escribir todo lo que acababa de escuchar en el papel, intento hacerse entender, que entendiese que solo le importaba la persona, nada más. pero no pudo, la cuartilla seguía en blanco... algo le paralizaba, algo impedía que fuera capaz de poner esos sentimientos en el papel y luego dárselos a leer...¿cobardía?,bien podía ser...

["Cariño no te das cuenta de que las circunstancias que te envuelven me dan lo mismo, no ves acaso que te quiero por encima de todo ello, que me da lo mismo todo, que lo único que me importas eres tú.."]

Sus pensamientos seguían allí en voz alta dentro de su cerebro, dictándole las palabras que debía poner, pero no era capaz, y eso que ahora estaban ordenados, tenían forma y eran fácilmente entendibles, pero seguía paralizándose como en un estado de catarsis permanente, escuchaba esa voz interna que tan bien conocía, con quien tantas charlas había mantenido...

[" para que vas a gastar tú tiempo en decírselo, para que malgastar a esa pobre hoja de papel con tus más íntimos sentimientos, cuando sabes que aunque los lea o los oiga de tu propia voz nada cambiara, seguirá siendo como es, importándole más esa vida de farsa que lleva que no lo que tú puedas sentir, deja que sea feliz así e intenta buscar tu propia felicidad"]

Esas últimas palabras eran las que nunca quería oír, era esa parte del monólogo que quisiera poder borrar de su cerebro, pero esa vocecita interna siempre se empeñaba en terminar con las mismas duras y reales palabras...

Rompió el papel, seguía en blanco, solo la marca de esa lágrima había quedado en él, tal vez era lo que mejor representaba sus sentimientos... tal vez tenía que habérselo dado así. pero tampoco hubiese entendido nada y el final de la cuartilla hubiese sido el mismo, la papelera, pues solo habría visto un trozo de papel mojado... prefirió tirar él sus sentimientos a ver como una vez más los tiraba quien más quería y quien más daño podía hacerle con esa sencilla acció, aquel papel no era otra cosa que su destrozado corazón...

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