-¡Venga, cabrón,
despierta! Son las seis de la tarde y quedamos en que me llamarías. ¿Triunfamos
o no?
-Perdona, pero es que
estoy "reventao". Vale, sí, triunfamos…pero ahora tengo un reconcome
por dentro que no veas. ¿Con qué cara le digo ahora a Marga que lo de ayer no
fue…lo que ella cree?
-¡Tú eres gilipollas,
Carlitos! ¿Mojas el churro por primera vez y ahora me vienes con escrúpulos
morales? Ya te vale, mamón. Entonces, las gotitas…un éxito, ¿no?
-Algo increíble. Como
que no las tenía todas conmigo. Vamos, que estaba por apostar que me querías
gastar un bromazo. Pero fue echárselas en el cubata y no veas cómo se puso. A
todo esto, ¿de dónde has sacado el frasquito milagroso?
-¿Cómo?...¡Joder!
¿Cómo se puso? No, me lo cuentas paso a paso, despacito y desde el principio…y
no te cortes un pelo con los detalles. En cuanto a las gotas…psttt, uno que
tiene contactos en Ámsterdam.
-Pues quedamos sobre
las nueve para tomar algo. Te juro que estaba para comérsela. Cuando entró, no
exagero si te digo que se hizo un silencio religioso en el chiringuito, con
todos los fulanos comiéndosela con los ojos, y sus marujas mirándola de reojo y
pensando: "menudo putón". Y es que Marga venía guerrera, no me cabe
duda. A propósito, no me habías dicho que tu chica y Marga son amigas.
-Bueno, sí. ¿Pero qué
tiene eso que ver?
-Nada, pero me
extraña no haberos visto nunca juntos. Bueno, ya se sabe que el veranito está
hecho para descansar de la parienta. Seguro que cuando llegue el frío no te separas
de ella, bribón.
-¡Cagüental,
Carlitos, déjate de rollos y al grano! ¿Le pusiste las gotas allí mismo o
esperaste a llegar a la disco? Se me olvidó decirte que son de efecto
inmediato.
-Vale, vale,
enseguida empiezo con el grano. Y no, no pude ponérselas allí mismo. Recuerda
que también estaba Choni presente. Menos mal, porque con el chiringuito lleno
de familias cenando, el escándalo habría sido morrocotudo.
Estuvimos un rato
picando algo, charlando y aguantando las indirectas que nos…bueno, que me
lanzaba tu chica. ¡Menuda lengua viperina tiene la niña!
-Y no sabes tú lo
bien que la mueve cuando tiene algo rico en la boca…No te jode el señorito
éste. Pero deja ya en paz a mi churri, y al grano, coño.
-Pero es que me tenía
frito con comentarios del tipo: "Uhm, riquísimas estas almejas. Jugositas
y frescas. Se nota que son de aquí mismo" y le guiñaba un ojo a Marga,
mientras lamía la almeja con una lengua que no era una lengua…era un pecado.
Pero casi me atraganto cuando le pasó un brazo por la cintura y me soltó:
"Hoy se ha puesto guapa, la jodía, ¿eh? Me apuesto la siguiente ronda a
que se ha olvidado las bragas"…y empezó a tirarle hacia arriba del vuelo
de la falda. Con decirte que respiré aliviado cuando dijo que se le hacía tarde
y se tenía que ir. De despedida, a voces desde la puerta, aún tuvo la
desvergüenza de chillarle a Marga: "Cuídame bien al guapetón. Y si no se
porta como un machote, me lo dices, que te lo espabilo rapidito".
-A mí me vas a contar
cómo se las gasta la Choni cuando se pone en plan…Pero la ronda le salió
barata, ¿no?
-No hizo falta llegar
a tanto. Les dije que invitaba yo, faltaría más.
-Búscate un buen
especialista y que te revise la sesera, porque lo tuyo no es normal, macho.
Ahora me explico cómo has conseguido llegar virgen a los veinte.
-Si te vas a poner
borde, me callo y que te den, chulo de los cojones. ¿Ves? Ya me has obligado a
decir un taco.
Bueno, pues después
que se marchó Choni, pudimos charlar tranquilamente sin que nadie nos pusiese
en apuros. Marga es una chica encantadora, sensible, con la cabeza bien
amueblada y muy poco chismosa. Nada que ver con los pendones desorejados que me
has presentado hasta ahora.
-Se te olvida añadir
que también tiene un polvo de impresión…Pero, oye, lo de pendón desorejado no
lo dirás por mi churri, ¿verdad?
-¿Cuánto hace que nos
conocemos? ¿Tres semanas? Pues en tres semanas no hemos estado con ninguna
chica que me atreviese a presentar a mis padres. Pero Marga es distinta. Tiene
estilo. Tiene algo que la hace distinta a las demás. Tiene clase, eso es.
-Vale, está claro que
te has enamorado, gilipollas. ¿Pero falta mucho para que acabes con las
chorradas y empieces con el revolcón? Lo digo por si tengo que decirle a mi
madre que me vaya preparando ya la cena.
¿Oye? ¿Carlitos?
¿Estás ahí?...Mierda, me ha colgado.
***********************************************************
-¡Qué fuerte, tía,
qué fuerte!...¡Virgen!...¡Qué fuerte! ¿Así que yo hice de golfa para que tú te
las pudieses dar de niña modosita, eh? Me debes una, Marga.
-¡Ja ja ja! Si me
hubieras visto. Una actuación memorable, digna de un óscar. Aunque al principio
me preocupé un poco, no creas. No me gustó un pelo la cara de susto que puso
Carlitos cuando entré en el chiringuito. Ya te decía yo que el modelito de
"Barby puta fina" no era el más adecuado para la ocasión.
-No, si enseguida me
di cuenta de que no exagerabas cuando me lo describiste como el perfecto
lechuguino. Pero hija, pensé que algo de sangre debía de tener en las venas. Y,
hablando claro, guapa, ayer sólo me faltó sacarte una teta del vestido y
metérsela en la boca. Ganas me dieron, no creas. ¿Tú estás segura de que no es
marica?
-No seas burra,
Choni. Te aseguro que no. Bueno, por lo menos ayer, no. Lo que ocurre es que se
pasa de fino y el pobre es tan cortito que da grima. Al final, con el numerito
de las gotas milagrosas…terminó cumpliendo en plan campeón. ¡Joder, como que
aún tengo el chochito escocido!
-Lo que no acabo de
entender son tantas molestias para acabar tirándote a un gilipollas como
ése…por muy rubito y cachas que esté. Así que ya puedes empezar a largar,
porque tengo encima un mosqueo que no es normal. ¿Te puedes creer que me acaba
de llamar Toño para decirme que tu Carlitos, además de perdidamente enamorado,
está arrepentidísimo de haber "abusado" de ti? Aquí hay gato
encerrado y me lo vas a aclarar ahora mismo, cacho puta.
-Me tropecé con él
hace cuatro semanas, en la playa. "Menuda pinta tiene el guiri. Una buena
pieza para empezar con buen pie la temporada veraniega de caza", pensaba,
mientras me lo comía con los ojos. Ya sabes que no me lo pienso dos veces a la
hora de entrarle a un tío bueno…y éste era el típico "bollicao".
-¿Pensabas que era un
guiri? ¡La leche, pero si no tienes ni puta idea de inglés! Con el francés te
defiendes, siempre que no tengas que hablar, claro. Bueno, también tengo que
reconocer que el griego lo dominas…¡Ja ja ja!
-La puta envidia que
te corroe, so guarra. A lo que iba. Planté la toalla a la distancia justa: ni
lo bastante cerca como para que pensara que ya me tenía en el bote, ni lo
bastante lejos para que se perdiera el espectáculo. Un striptis de lujo, te lo
digo yo…aunque sólo fuese de camiseta y minishort, para acabar en bikini. Pero
lo importante es la pose…ya me entiendes. Y cuando doblo el espinazo, sacando
el culo y metiendo la cabeza entre las rodillas, dejo tiesas todas las tiendas
de campaña de los alrededores.
-No te cuento las
hostias que le di a Toño, la última vez que fuimos juntos a la playa, putona.
Esas cosas no se hacen cuando están delante los chicos de las amigas. Y no me
digas más…vino a comer de tu palma como un pichón.
-Pues no, guapa.
Fijar, se fijó. Eso saltaba a la vista, pero no movió un músculo…menos alguno
que tapaba el bañador. Y me piqué, faltaría más. Así que me solté la parte de
arriba….con idéntico resultado. Coño, te juro que me dio por pensar ni no sería
un cura de vacaciones.
-¡Hostias, un cura!
Eso sí que tiene morbo, tía.
-Ya te digo. Pillé un
calentón de miedo. Y, no sé porqué, me dio por hacer el numerito del
"bronceador susurrante". Ya sabes, el de me echo un chorrito de
bronceador en el ombligo y empiezo a extenderlo lentamente por el estómago,
luego paso a las tetas, las acaricio, aprieto un poco, las suelto, vuelvo a
apretar, pellizco un pezón, luego el otro, los junto, me muerdo el labio y
termino soltando unos gemidos que hacen ponerse a todos los espectadores boca
abajo. Sólo que esta vez se me fue la mano y me puse como una moto.
-Lo tuyo es de
juzgado de guardia. Pero si la playa tenía que estar hasta los topes…
-Ya te digo. Me cortó
el vacilón un gilipollas, cuarentón, calvorota y barrigón, que vino a
preguntarme si me encontraba bien. Lo mandé a tomar por el culo y me volví para
echarle un vistazo a mi bollicao…pero el muy mamón había desaparecido. Te juro
que es la primera vez que me pasa una cosa así. Juré venganza.
Volví a verlo un par
de días después, con un par de viejos y una elementa -todos ellos de un pijo
que te cagas-, comiendo en una terraza del puerto. "Ya está, asunto
resuelto: un recién casado, con papá y mamá de carabinas", pensé. Pero me
picaba la curiosidad, así que me senté en la mesa de al lado, poniendo la oreja
y rezando para que el pollo no me reconociera vestida.
-Tía, esto es mejor
que un culebrón venezolano. Me tienes sobre ascuas. ¿Y?...
-Pues que papá y mamá
sí eran papá y mamá, la elementa era su hermanita, el pollo acababa de aprobar
tercero de no sé qué coño de ICAI, el servicio doméstico del chalet, alquilado
para toda la temporada, era un asco –se quejaba mamá-, las instalaciones del
puerto deportivo eran de lo peor que había visto en su vida –se quejaba papá-,
en las tiendas del pueblo no había más que baratijas –se quejaba la pija-, y
Carlitos –todos lo llamaban Carlitos-, se quejaba de que se aburría como una
ostra sin sus colegas de Madrid. Me dieron ganas de partiles la cara a los
cuatro…pero tuve una idea mejor.
-Ahí es donde debemos
entrar Toño y yo en este lío, ¿no?
-Exactamente. Primero
convencí a tu chico de que me echara un cable, intimara en plan colega
enrollado con el tal Carlitos y me lo presentara un par de días más tarde. A ti
ni una palabra. Perdona, tía, pero no quería que me espantaras la pieza antes
de haberle echado el guante.
-So guarra, pedazo
puta, chocho loco. Eso no se le hace a una amiga. Y ya le ajustaré las cuentas
a Toño mañana. Ése no me conoce aún cuando saco a relucir el genio.
-Procura no dejarle
marcas en la cara y no se te ocurra darle patadas en los huevos…a ver si vas a
estropear la mercancía. Bueno, a lo que iba. En dos semanas, todo lo más que
conseguí fue hacer manitas y que me diera algún besito con lengua. ¿Y no va el
gilipollas y me dice que si va muy deprisa se lo diga? Llegué a la conclusión
de que había que animarlo por otros medios. Así que se me ocurrió decirle a
Toño que empezara a comerle el coco con el asunto de las gotas milagrosas. Por
muy tonto que fuese, seguro que había oído hablar de ellas.
-¿Y si se le llega a
pasar la mano con la dosis?
-¿Tú estás tonta o
qué, Choni? Ni gotas ni hostias. Eso es una leyenda urbana. Lo que Toño le dio
fue un frasquito de esos de muestra de perfume…con agua del grifo. Y los 300 €
que le cobró fueron su comisión por participar en el asunto.
-¡Ja ja ja! Bien por
mi chico. Se acaba de librar de una buena ración de bofetadas…siempre que me
lleve a cenar a un sitio caro.
-Tuve que hacerme la
despistada hasta que se decidió a echármelas en el cubata…y ahí comenzó la
función. Menos mal que era aún temprano y la disco del hotel estaba casi vacía,
porque menos mamársela en la pista, le hice de todo. ¡Ja ja ja! No veas el
careto de susto que tenía el pobre cuando le cogí la mano y me la metí por
debajo de la blusa…para que viera que era verdad que el sofoco era producto de
las palpitaciones. Me parece que era la primera teta que tocaba. Luego puso los
ojos en blanco, cuando empecé a sobarle la polla por encima del pantalón. Y ni
te cuento cuando empecé a bajarle la bragueta.
-No me digas que te
lo tiraste en el rincón del reservado. Porque aún me acuerdo del numerito que
armaste con el Sebas el año pasado. Coño, si se te oía berrear desde la pista.
Pille tal calentón que tuve que hacerme un dedito con disimulo.
-Perdona, guapa, pero
el pollón del Sebas es de los que te desencuadernan los huesos de la pelvis
cuando te la clava. ¡Menudo animal! Bien creí que me partía en dos. A lo que
iba, que aún tengo que llamar a Carlitos para quedar esta noche y terminar de
echarle el lazo. Al final se decidió a dar el paso y me propuso ir a un sitio
más tranquilo. "Lo que tú digas, mi amor" le susurré muy melosa en la
oreja…antes de meterle la lengua dentro. Y el "desgraciao" me dice
que tiene el coche aparcado cerca. Su puta madre, ya me veía yo con la palanca
de cambio encajada en los riñones. Menos mal que estaba todo previsto y tenía
las llaves de vuestro picadero.
-¿Queeé? Me parece
que no me está gustando nada este asunto. Oye, cacho puta, júrame ahora mismo
por lo más "sagrao" que no le has puesto la mano encima a mi Toño. Y
no me mientas, que a ése sé cómo hacerlo cantar. Vamos, que si me huelo que me
la habéis jugado, a él le corto los huevos y a ti te saco los intestinos por el
coño. ¡Marga, júramelo!
-¡Pero mira que eres
bruta, Choni! Vale, palabrita que no me lo he tirado, ni se me ha pasado nunca
por la cabeza tirarme a tu chico. ¿Contenta? Y para que no te enfades, te diré
que ni Carlitos ni yo tocamos la cama…antes de que me montes un escándalo por
profanar vuestro nidito de amor. No hizo falta. Nada más entrar, en mitad del
pasillo, le bajé los pantalones y le hice su primera mamada…con final feliz.
Mierda, ni comérmela a gusto me dejó, el eyaculador precoz de los cojones. Tres
lametones al capullo y ya me había llenado la boca de leche. "No pasa
nada, cariñín" -le dije, después de tragármela-, "Ahora me lo haces
tú a mí y quedamos en paz".
Ni puta idea que
tenía de comerse un coño. Joder, pero si se asustó y todo cuando me cayó un hilito
de flujo –es que estaba cachonda perdida ante la idea de estrenar una polla- y
me preguntó si me dolía cuando tuve que señalarle dónde estaba el botoncito que
debía chupar. ¡Tía, menudo lujo de comida de coño que me dio! Tres cuartos de
hora lamiendo y chupando…y cuatro corridas que se tragó. Cuando la lengua ya le
colgaba desmayada, me apiadé de él, cambiamos posiciones en el sofá y le enseñé
cómo cabalga una amazona al paso, al trote y a galope tendido…¡Yi-Haaa! ¡Arre,
Silver!
El resto de la noche
se me fue en un suspiro. Bueno, y algún alarido también. Que aunque no fue como
para tirar cohetes, el chico mantuvo la moral alta para repetir mamada,
limpieza de bajos y misionero…seguido de mamada y enculada. Ah, y para
terminar, masaje prostático con el último polvo. ¡No veas el bote que dio
cuando le metí el dedo en el culo!
Al pobre lo tuve que
llevar a rastras hasta el coche.
-¡Joder tía, lo tuyo
es vicio y lo demás son cuentos! ¿Y cómo se supone que termina la bonita
historia de amor?
-Mira, he echado
cuentas. Si me quedo en el pueblo, algún desgraciado muerto de hambre, como el
Sebas, terminará haciéndome un bombo. Y dentro de cinco años, me veo con un
culo que cabe de milagro por la puerta de casa, aguantando a un marido en paro
y a tres enanos futuros delincuentes juveniles. Para saber lo que me espera,
sólo me hace falta mirar a mi madre. No, guapa, este cuerpo serrano no se va a
pudrir en vida.
En septiembre rompo
la hucha del cerdito y me largo a Madrid. Me matriculo en cualquier cosa que no
sea muy complicada para una niña bien de provincias, termino de camelarme a
"papuchi" y "mamuchi" –ya me conocen, de vista- y dejo que
Carlitos me preñe…dentro de un par de años. Después, a vivir como una reina y a
buscar una polla como Dios manda, que no dejará de haber buen género en la
capital.
Por supuesto, estás
invitada a la boda, pero no me pidas ser la dama de honor, ¿vale?
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