sábado, 10 de agosto de 2013

Masturbandome.... ops.!!



No he podido dormir. Di vueltas una y otra vez, a la derecha, a la izquierda. Imposible, no encontre la postura. A pesar de haberme dejado sin aire y agotada  es imposible....Aqui me encuentro escribiendo haber si mientras me da el sueño...seguro que este relato me dura dos dias para escribirlo...jejjejje..
Acabo de leer uno de los relatos que tenemos por el grupo y eso me ha motivado...veremos que acaba saliendo.
El destino es juguetón, a veces se burla de nosotros, a veces se conmueve, concede o no nuestros deseos a su antojo. Nos tortura y odiamos nuestra mala suerte, que puede que en un futuro se transforme en una nueva oportunidad.

He de confesar que me encanta leer relatos eróticos, especifico, me apasiona tambien escribirlos, me gustan las cosas claras, lo concreto, lo directo y lo explícito, sin tapujos. Pero claro las esigencias del net no nos dejan poner ciertas palabras....que lo hagan bien, ¡por Dios! ...jajjajaja...
Me acerco con mis palabras, no escapo a la excitación que hábilmente se puede probocar en cada línea. Se donde atacar y cómo haceros ver que yo
soy la protagonista de la historia.
Por una vez quería pensar que controlaría mis emociones, quería probarme a mí misma que tengo dominio sobre mis instintos. Pero no puedo.
Me conoce demasiado bien. En cada vuelta que doy en la cama, siento las sábanas de raso, que me envuelven, que acarician mi piel, que se meten juguetonas entre mis piernas. Mis pensamientos me subyugan, se repiten, veo a mi niño dormir, le puedo sentir, tocar, oler, oigo su voz. Y empiezo mis devaneos conmigo misma. La profusión de mis espasmos en cada una de mis sesiones puede resultar envidiable. No opino lo mismo. Me gusta recrearme en el juego, alargarlo y que el placer no se evapore tan rápidamente. No es fácil. La contención es algo que ha de decidir mi cerebro, y en ese momento está bloqueado, ausente, derrotado por el desenfreno, que puede conmigo.

Puede que alguna mujer me desprecie por mis palabras, me es indiferente. Yo disfruto, quizás ella no, por prejuicios arrastrados desde la infancia o por lo que sea. Intuyo que hay otro tipo de mujeres que estarían conmigo, sé que cada vez somos más.

Sé que de nuevo,mi niño, ha conseguido lo que quería, me desprendo del camisón, me molesta, retiro las sábanas y enciendo la luz de mi dormitorio…
No necesito oscuridad, me gusta la luz iluminando suavemente la habitación, desnuda, tocando mi cuerpo hasta sucumbir de placer.
Contemplo mis pechos, ni grandes ni pequeños, me gustan. Mi pubis rasurado, con un mínimo triángulo de vello cual señal de peligro indicando
mi manantial de placer. Me pongo de rodillas sobre mi cama, con las piernas abiertas y me empiezo a tocar, te gusta sentir el roce de mi piel mientras yo me toco . ...... sola no es lo mismo, solo es un alivio para el cuerpo, y las sensaciones no son comparables a pesar de tener un mismo fin.
Mis manos se desenvuelven a la perfección. Es su terreno, conocen la orografía de mi cuerpo, demasiado bien. Me tumbo boca abajo, me encanta poder subir mi pelvis para acompasar mis movimientos. El simple roce de la mano en mi sexo es suficiente para que éste se convierta en un manantial.
Lo invado con mis dedos, pero me parece poco. Quiero más. Me hastío del consolador, demasiado frio para mi gusto...... y con mi fortuna en la mano, me vuelvo a tumbar. Esta vez boca arriba. Abro mis piernas, tu me miras con ojos de deseo y eso hace que me anime a continuar, que mi calentura vaya “increscendo”. La simple visión del consolador ya es morbosa, pero más cuando me miras como entra dentro de mí.
Me gusta. Lo saco, lo meto, cada vez con más viveza. Me contengo....., resbala hacia mi interior. Lo siento muy dentro, lo aprieto con mis músculos para sentirlo más aún. Lo dejo salir.....Mientras tu lo coges y me ayudas a meterlo dentro de mí. Puedo ver tu cara mientras te afanas en darme placer ....
Me tocas mis pechos,me los agarras con fuerza, apoyas tus manos en ellos cargando su peso, me cortas la respiración… pero disfruto.
Estallo en palpitaciones. En cada una de ellas, siento cómo atrapo el consolador en mis entrañas. Me vuelvo a ir, una y otra vez......


Agotada, mastubada por mi imaginación......
Mis ojos se cierran,  me duermo sin remedio, desnuda y exhausta….... 

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